Me casé con un psicópata y no lo sabía

Mr. L y Yo

Me casé con un hombre sumamente competitivo. Un hombre que no sabía perder. Un ser despreciable que no podía permitirse el fracaso, ante ninguna situación y en ningún momento.

Pero al final, lo perdió todo.

Sí, Mr. Loser se quedó sin nada.

Aquí va mi historia, misma que narro con el dolor más profundo de mi corazón, la cicatriz en carne viva latiendo cada vez más lento. Y es que con la poca fuerza que me queda, lucharé hasta la última gota de mi sangre para que mis hij@s, niet@s, o futuras generaciones no sufran lo que yo sufrí… pues me casé con un psicópata y no lo sabía. Así que esta historia, mi historia, la dejo como un legado para que tú, que llegaste a mi blog por alguna razón, no caigas en las trampas monstruosas e infernales de un psicópata narcisista.

Me separé hace unos meses y lamentablemente, ahora me encuentro atravesando una campaña de difamación y siendo judicializada; porque así es el psicópata, incapaz de dar un cierre. Y en medio de tanto drama y caos, me dispongo a gritar: “¡mujer, sal adelante! ¡no estás sola! ¡Sí se puede!”. 

Por esta razón, mi contenido no revela mi identidad, pero ya llegará el día en que pueda ser libre de poner mi cara y nombre en este proyecto y me encantará conocerte. Y es que si hay algo que se vive en el abuso psicopático es ESCLAVITUD. De verdad, yo estuve siendo esclavizada durante 14 años de mi vida. Y sí, te escribo y te hablo desde mi tormenta. Y sí, una locura pensar que tengo 32 años y hasta hace unos meses me di cuenta que, ¡los últimos 14 años de mi vida estuve viviendo un auténtico engaño! Imagínate mi estado de shock. Duré semanas y meses con las siguientes preguntas en mi cabeza: ¿llevo la mitad de mi vida viviendo una mentira? ¿cómo voy a saber después qué es real y qué no? ¿Cómo voy a poder confiar de nuevo en cualquier ser humano para cualquier tipo de relación? ¿cómo no me pude dar cuenta antes? ¿cómo salvar a mis hijas de todo este caos? No podía creerlo. Sin embargo, Dios me hizo ver que soy una mujer real, amada, sana y fuerte. Así que, hoy reconozco que todo lo que yo sentí, pensé, viví y soñé sí fue real. El “amor” del psicópata con el que me casé no era real, porque ellos son seres incapaces de sentir, dar o recibir amor. Pero el amor que yo tuve en mi corazón, si lo fue. Y… a pesar de todo, creo que AMAR nunca es en vano. Me di cuenta de que duele abrir los ojos a la verdad; pero también alivia, libera y redirige. 

Quisiera contarte un poco de mi y del objetivo de mi blog. Yo, como ya te dije, tengo 32 años, soy mexicana, soy psicóloga clínica y psicoterapeuta, y también soy mamá de dos maravillosas niñas. A los 16 años conocí a un hombre increíble, era como un príncipe sacado de una película de Disney, imagínatelo: guapo, alegre, inteligente, divertido, seductor, un hombre Dios, de fe, fuerte, con objetivos muy claros de lo que quería en la vida, super servicial, curiosamente le gustaba exactamente lo mismo que a mi, desde mis gustos, hobbies, actividades, todo… todo era increíble, mi verdadera alma gemela!!! Y yo, a mis 17 y él a sus 22 comenzamos a ser novios… Éramos inseparables. WOW! Uno en mil millones! Yo, siendo una niña de prepa, ya me había ganado la lotería. Y pues te imaginarás… el lobo estaba vestido de oveja. Pero yo era tan inocente, empática, chica e inexperta…. que no lo pude ver. Recuerdo que en alguna ocasión llegué a preguntarle: ¿eres real? 

En fin, desde el inicio fui manipulada y engañada…ya más adelante podré contarles más acerca de las diferentes técnicas de manipulación que suele utilizar un psicópata narcisista. Sin embargo, por ahora sólo quisiera darles un breve resumen de cómo fueron las cosas. 

La base de mi relación con Mr. L fue un círculo confuso y adictivo, porque me atascaba de gestos increíbles y maravillosos de amor y romance; pero de pronto me descartaba o me agredía. Desde el inicio él fue muy claro conmigo en decirme que nos casaríamos y formaríamos una familia. De hecho, yo apenas estaba en prepa y ya tenía un anillo de alianza o promesa… que no es como el anillo de compromiso pero más o menos si es la idea. Siempre me leía citas bíblicas como la de corintios 13, la famosa cita que leen en casi todas las bodas y me decía cosas como: “ves? el amor todo lo soporta. el amor todo lo aguanta”. Por lo que el mensaje de fondo era: “te tienes que aguantar todos los pleitos porque entonces no me amas y eso está mal, porque sabes que te sacaste la lotería, y sabes que después del pleito yo estaré bajándote la luna de nuevo”. Y yo, cómo diría la canción de Gloria Trevi…. pos que le creo. Pasaron los años y durante toda mi universidad fui acosada física, psicológica y sexualmente por este hombre. Estudié psicología y aún así no lograba ver todas las mega red flags y normalizaba sus abusos, porque más grande era su manipulación sobre mí. Y es que no importa tu profesión, grado de estudios, tipo de familia, historia de vida, cultura, idioma, etc… Si un psicópata te quiere abusar, va a hacer todo lo posible para lograrlo. Además, ya te explicaré más adelante el porqué, pero es importante que sepas que el psicópata siempre busca personas brillantes o muy inteligentes, para convertirlas en su presa.

Terminando la carrera, él me dio anillo de compromiso y nos casamos al año. En ese momento, ni mi familia, ni yo pudimos ver el tremendo fraude al que me enfrentaba. Los PN (psicópatas narcisistas) son especialistas en el arte de la mentira y manipulación. 

Nos casamos y la violencia aumentó. Por ponerte algunos ejemplos…  Un día se enojó conmigo por querer ir a visitar a mis papás en sábado; y en su arranque de ira, cargó el buró de nuestro cuarto y lo aventó hacia la pared en donde yo estaba parada. Me alcancé a quitar y gracias a Dios no me pegó… pero se rompió el mueble y le hizo un hoyo a la pared. En otra ocasión, estábamos esperando bebé pero el embarazo no se logró, y yo, en medio del aborto, lloraba mi duelo como cualquier mamá que había perdido a su bebé… entonces él se acercó a mí y me dijo: “¡ay ya! mira, si te vas a suicidar, ya suicídate pero please ya deja de llorar, ¿no?”

Ya sé, horrible. 

También llegó a privarme de ser atendida en mi salud cuando más lo necesité. Tuvimos dos hijas hermosas, que por supuesto no merecían ese papá tan loco, y a ellas también las manipulaba… les llegó a decir cosas como: “pues denle las gracias a mamá porque cómo siempre, ella ya arruinó el día y nadie va a salir por helados hoy”. Uff… Y cómo ya te imaginarás, este sujeto era en extremo machista. Por lo que yo tenía que rendir al mil por mil en todo lo que hiciera. Mis tiempos eran reducidos,  yo era la responsable del cuidado del hogar, de la comida, de mis hijas, mío; no contaba con ningún tipo de apoyo para el cuidado de mis hijas o del hogar, me encontraba totalmente sola y aislada; y a pesar de todo, siempre busqué medios de trabajo para poder proveer a mis niñas y a mi, ya que en varias ocasiones él nos dejaba sin comida y sin dinero. Y bueno... podría seguir y seguir hablando de las monstruosidades que viví, que seguro ya te contaré más adelante, pero no quiero planteártelo desde una perspectiva de miedo o lástima; sino desde una mirada de esperanza y fortaleza.

El proceso de sanación ha sido una verdadera locura…. las subidas y bajadas más grandes que he vivido emocionalmente. Pero sé que Dios me acompaña en cada paso y sé que cuento con una red de apoyo impresionante. Y como lo dije al inicio, este proyecto es para todas las mujeres que se encuentran en una relación de violencia y no saben cómo salir, cómo ponerla en palabras y cómo comenzar desde cero su vida. Porque créeme, sí se puede salir adelante.

Nunca olvides que en donde sembraste lágrimas de dolor, cosecharás cantos de alegría.